La leyenda de “A virxe da barca”.
En uno de los extremos del pueblo de Muxía están situadas “a pedra de avalar”, “a pedra dos cadrís” e “a pedra dos namorados”, las protagonistas de esta historia.
Cuenta la leyenda que el Apóstol Santiago, cansado de que la gente no escuchara sus predicaciones, se retiró a Muxía a suplicar a Díos que sus sermones no cayesen en saco roto. Fue en este momento cuando la virgen, sobre una barca de piedra tirada por ángeles, se le apareció al apóstol y le dijo: “Regresa a Jerusalén, tu misión en esta tierra a terminado”. Segundo la leyenda la barca de piedra es “a pedra de avalar“, la vela es “a pedra dos cadrís” y el timón es “a pedra dos namorados”. A cada una de estas piedras se les supone un determinado poder mágico. Esto puede derivar de la cristianización de antiguos ritos paganos en los que se adoraba la naturaleza a través de las piedra, entre otras cosas.
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